Thursday, February 16, 2006

La vocación de servicio




Servir para trascender

Leyendo El Tercer Combatiente de Marcel Junod, que trata de la labor de asistencia a los seres desvalidos en tiempos de guerra, de cómo un delegado de la Cruz Roja Internacional, y todos los voluntarios de esta organización benéfica, son capaces de arriesgar la propia vida para aportar una ayuda indispensable a los seres humanos que sufren, víctimas de las guerras y de los conflictos. Sorprende como los hombres y mujeres cruz roja llevan la caridad en medio de los combates sin tomar partido alguno por los bandos en conflicto.

Esta lectura me hace preguntar de dónde nace esa vocación humana de servir y de asistir. También, qué podemos entender por vocación de servicio o cómo se manifiesta en nuestro tiempo.

Revisando acepciones del término y leyendo testimonios que dan cuentan de esta inclinación de servir a otros, logro construir la siguiente definición: la vocación de servicio implica la utilización de la propia capacidad, esfuerzo e inteligencia para poner en acción nuestra propensión natural a ayudar a otros.

Ahora si ponemos atención a las diversas actividades humanas que se desempeñan en el mundo, ¿cuál pone en juego con mayor realidad la vocación de servicio?. Yo sostengo que las actividades de los voluntarios de la cruz roja y de organizaciones afines. Sin embargo, quienes con mayor frecuencia utilizan esta expresión son los políticos, incluso definen su actividad como de servicio público. Al respecto Petronio señalaba que le sorprendía y exasperaba de los políticos, cualquiera sea la ideología que profesen, el desparpajo al hablar de su actividad en términos de vocación de servicio público, como si su trabajo se tratara de una abnegada labor voluntaria y gratuita a beneficio del prójimo y del país. Petronio sabía lo que ya sabemos todos. Conocido son los sendos dividendos que dejan algunos de esos puestos de sacrificado “servicio público”. Además, la ferocidad con que se disputan los cargos a la hora de las elecciones, puede resultar también una evidencia suficiente para demostrarlo. El Estado, es una empresa segura, acaso más segura que ninguna otra, al menos en lo que, en estos tiempos, a trabajo remunerado se refiere. Un espacio donde la vocación de servicio se expresa, al parecer, con mayor propiedad. Pero no sólo los políticos “hacen servicio público” y no dejemos que la ironía nos haga perder objetividad.

Pensando en otras áreas de actividades humanas tenemos también al Leonismo. Quienes señalan que se distinguen por su vocación de servir a la comunidad y que su lema es precisamente ese: nosotros servimos y que voluntariamente practican esa aptitud o cualidad humana. Sin embargo a poco avanzar en lecturas de su obra y de sus propósitos nos encontramos con una serie de justificaciones respecto a que no son un grupo de elite y que trabajan generosamente por el bien común. Debe asaltarnos una razonable duda respecto a sus justificaciones respecto a que “no son un grupo de elite”, por qué lo hacen si no lo son.

En la labor educativa también encontramos la vocación de servicio en juego. Es más, ya se está trabajando en la formación de profesores, por ejemplo los estudiantes de Pedagogía en Educación General Básica de la U. Católica del Maule realizan campamentos de verano con excelentes resultados. Saben que la puesta en marcha de éstos, demanda un fuerte compromiso con los otros y con ellos mismos, además de la gran responsabilidad que significa tratar con niños y niñas en riesgo social.

Por otro lado, la tradición cristiana señala que la vocación de servicio proviene de la historia del primer llamamiento del Padre al Hijo Jesús. Señala que él es “el siervo” del Padre. En la cultura actual, el que sirve es considerado inferior, en cambio, en la historia sagrada es el que es llamado por Dios para cumplir una acción particular de salvación y redención, como quien sabe haber recibido todo lo que tiene y por lo tanto se siente también llamado a poner al servicio de los demás todo cuanto ha recibido.

En fin, todavía existen muestras de vocación de servicio en nuestros días y sus raíces provienen de lo más intrínseco de lo humano y de su sentido de trascendencia, al menos esa es mi opinión.